viernes, 4 de enero de 2013



(Roger Berta).
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Con líneas más simples, revestimientos distintos y aún con tecnologías que optimizan su funcionamiento, los hogares preservan su protagonismo en los espacios. Además de ser un importante elemento de calefacción, generalmente se constituyen en el eje ordenador del ambiente y la decoración de la estancia principal de la casa: el estar.
En torno a la chimenea se organiza el equipamiento que invita al descanso, el relax, la familia y los amigos. Hoy su presencia se impone también muy frecuentemente en los quinchos, transformados en verdaderos recintos de encuentro social.
Un mismo fuego, otra imagen. Las líneas de la arquitectura que definen los ambientes dibujan  también a las estufas. Así, diseños minimalistas y simples,  líneas rectas, volúmenes puros, materiales naturales, planos que se encastran y superponen, son algunas de las condiciones para un hogar actual.
En muchos casos, sólo una raja que atraviesa longitudinalmente un muro: una perforación que deja lugar al fuego y un volumen simple que aparece en el exterior. En el interior, se oculta la chimenea, y ningún saliente anuncia el hogar.
En otras opciones, un gran volumen se adelanta exponiendo adrede los conductos de humo en caños de chapa. Líneas siempre rectas, en diversidad de materiales: repitiendo los revestimientos de las envolventes y destacándose con un cambio de color; o  revestidos en mármol, piedra, madera, metal...
El vidrio aparece también en la imagen de los más actuales: en los novedosos hogares con puertas de vitrocerámica y aún en los que asumen todas las envolventes del hogar, creando atractivos volúmenes transparentes, que dejan ver el fuego desde todos los ángulos.
Para su construcción. En general, para la construcción de los hogares se emplean ladrillos y mezcla, o bien hormigón, aunque -como ya mencionamos- algunos diseños modernos optan por hogares totalmente vidriados o con predominio de chapas en las campanas.
No obstante, su correcto funcionamiento sigue respondiendo a estrictas reglas constructivas, que implican tanto una rápida evacuación del humo por el conducto chimenea -para evitar que vuelva al ambiente- como que a su vez permiten el óptimo aprovechamiento del calor, con un consumo adecuado de la leña.
Para lograr una máxima radiación del calor hacia el ambiente, las paredes laterales se recomiendan con una inclinación de 45 a 60 grados, con respecto a la línea del frente del hogar. En tanto, su pared posterior -fondo de la estufa- deberá ser vertical hasta 1/3 de la altura de la boca, inclinándose hacia la habitación en un ángulo de 30 grados, aproximadamente, hasta pasar la altura del dintel (nivel superior de la boca) en 15 ó 20 cm.
Si bien los hogares actuales excluyen estas inclinaciones, para lograr volúmenes más puros, si se pretende un máximo aprovechamiento del calor generado por la leña, se recomienda respetar las inclinaciones indicadas.
Calor sin humo. Para una óptima combustión, la altura de la boca debe ser aproximadamente el 85 por ciento de su ancho. Y las medidas de la estufa deben tener una relación estrecha entre sí y con las del ambiente a calefaccionar.
También dimensiones de la chimenea son condicionantes para un buen tiraje: su superficie nunca debe ser inferior al 10 por ciento del área de la boca de la estufa.
85%
de altura en relación con su ancho
Para una óptima combustión, la altura de la boca del hogar debe ser aproximadamente el 85 por ciento de su ancho.
Datos útiles
Posibles causas  de un mal funcionamiento
- Chimenea de dimensiones incorrectas: si su sección es menor al 10 por ciento de la superficie de la boca, presentará dificultades de tiraje, devolviendo el humo al ambiente. Si su altura es insuficiente, el viento puede ingresar a través de la chimenea.
- Si el dintel de la boca es muy alto y no se separa lo necesario de la garganta -entre 15 y 20 cm-  el humo intenta retornar al ambiente porque no encuentra una rápida salida hacia el pulmón. A su vez, si el dintel es muy profundo, tiende a dispersar el humo hacia la habitación.
- Si la garganta es muy ancha genera un tiraje
excesivo, poco rendimiento de calefacción y un consumo mayor de leña. Si es muy angosta -inferior a 10 ó 12 cm- impide la rápida salida del humo, que invadirá la estancia.
- De no construirse el estante de hollín, la corriente de aire exterior empujará el humo hacia abajo.
- La ausencia del registro -plancha de metal con una manija que permite su cierre o apertura total o parcial,  y permite regular  la velocidad de salida de los gases de la combustión- puede causar el ingreso de corrientes de aire desde el exterior, aun cuando el hogar se encuentre apagado. También un exceso de apertura de la chimenea en su nivel superior -altura entre la boca de la chimenea y la tapa- puede generar el ingreso del viento al ambiente.

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